
Esa impertinencia de medir el tiempo
a fin de que nos constatara el trayecto
de cuantos segundos le queda al corazón por latir
Qué delirio es ese que tiene el hombre
Es fama bien sabida eso de graduar el tiempo
una vida definitiva se nos va desde antes de los Griegos
ya no pecar de ignorancia
Ni un acorde más ni un acorde menos
no sobra nada ni la nuez del árbol
¿Qué osadía es esa de kronar el tiempo?
Si al fin y al cabo ya venimos programados
con la precisión de un relámpago Suizo
o un fulgor de luz un rayo en las ventanas
Por esta circunstancia deseche el destino
Ya me aterra el hecho de saber que
Indeclinablemente entro al ocaso
nunca perdí mi tiempo en la precisión de un reloj
Mis años bien vividos cocinados y bailados
ebrio del más dulce de los vinos
con el humo de mi fiel cigarro
mido mi propio destino cantando un viejo estribillo
JUAN ARROJAS
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