miércoles, 8 de septiembre de 2010

AMELIA SALAS VIVALDI


Tan señorial el talante, augusta los contornos,
de tu silueta perfecta, tus cabellos grácil,
como esa mirada que abrazas el crepúsculo,
altiva y solemne,  Reyna of English tea.

Una dama perfecta, pura como la nieve,
grácil como las palabras, una gacela que el invierno ,
cobija entre las lluvias del sur, confabulas entre
el  frio del calor, de aquellos que te aman.

Eres, nieve algodón y fuego y vino y conversaciones,
eres la palabra dicha, eres chimenea humeante en el campo,
y el horno de barro, la abuela que hace el pan.

Y eres mis luz en mis viejas tinieblas donde tantas veces,
me enseñaste, hallar la palabra perfecta, la palabra exacta.

Comí pan del viejo horno de mi abuela, como tu al calor del fuego,
Por que tú vienes de paso, como yo vengo de noche
 y de paso.
Aunque estemos de paso, un día tuyo será un día más,
como un día mío.

La señora que jala mis orejas y me aterra,
La verdad suprema, que estos versos que le dedico,
no sean lo que sus años bellos desean.

Solo le dejo estas lágrimas, como un verso
al viento volar hasta ella recogerlos en la vieja botella
tirada al mar por mis manos que le escribieron
en una sencilla hoja, estas palabras que le dejo.

Que es la lluvia correr por mis parpados húmedos
De tantas tristezas entre vidrios quebrados.
Cuanto vino derramado en nuestras conversaciones,
de siempre.
esta es la  última copa de vino que bebo
alzándola al cielo de esplendoroso sol
gritando a todo pulmón:
¡Salud a tu memoria Amelia Salas Vivaldi!

JUAN ARROJAS

1 comentario:

De la adolescencia a la maduréz dijo...

JUAN,Poeta. Muchas gracias por el recuerdo. LINDA!!