Acuarela, para este poema de mi querida y gran amiga Natalya Shestakova
Mi eterna gratitud querida Natalya
¡Ay! Mi amor,
si tuviera sus manos,
estrechándolas en las mías y
besando tus labios de almíbar.
Mi cabeza,
apoyada en su regazo y
sus manos acariciándome,
como la luna a la noche.
¡ay! Mi amor...
amor, suavemente,
flor, seda, algodón o nieve,
capullo, trigo o madera.
Ave desnuda y vaporosa,
exhalas perfumes de primaveras y
juventud.
vuelas a mi pecho henchido de ti.
.
Vivirte, mirándote cada día y cada siglo,
para dormir eternamente en su pecho.
Como el niño que tiene el privilegio,
de sus caricias, sus besos y sus pechos.
Sus pupilas enmarcando sus ojitos verdes,
en su frente incomparable de tersura.
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