domingo, 9 de diciembre de 2012

UN N.N





Ahora ya no importa el brillo de la luna
 No hay privilegios que soñar, solo descansar,
 en la paz del muerto o entre los vivos o aquellos,
 que agonizan o se están muriendo, mientras amoratadas
 las manos en un papel miserable como la vida misma, escribo
 en el morado frió de la noche con su bruma, indescifrable
 y el susurro del oleaje a los sordos oídos de las gaviotas,
 buscando sus alimentos de peces perdidos y muertos,
 en las fauces de otros carnívoros más crueles.
 Es el destino de los que se están muriendo.
 Como yo con esta pluma de tinta estéril y negra y, sin vida para este
 papel roído de una hoja inventada.



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